Tras más de un año encerradas, las 11 orcas y 87 belugas atrapadas en la llamada ‘cárcel de ballenas’ rusa para ser vendidas ilegalmente a parques temáticos en China han sido liberadas. Y ha sido posible gracias a ti.
Greenpeace
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Por fin están nadando en libertad. Tras un año y cinco meses encerradas, las 11 orcas y 87 belugas atrapadas en la llamada ‘cárcel de ballenas’ rusa han sido liberadas. Las que han sobrevivido, eso sí. Porque en el camino lamentablemente han muerto varios animales. Que sepamos, tres belugas y una orca que no han vuelto a ser vistas.

Gracias a un vuelo de dron de Greenpeace, pudimos mostrar al mundo las condiciones en las que vivían estos cetáceos. En las imágenes podía verse a algunas de las orcas y belugas con sarpullidos, furúnculos, llagas y manchas, que los especialistas atribuyen a infecciones.

Con el apoyo de más de un millón de personas como tú en todo el mundo, hemos hecho presión suficiente para conseguir su liberación. Y desde Greenpeace hemos podido seguir el proceso como observadores para garantizar la readaptación de las orcas y belugas. Pero todo esto no habría sido posible sin el apoyo de nuestros socios y socias, que aseguran que podamos ser 100% independientes de gobiernos, partidos políticos y empresasÚnete a Greenpeace >>

Pero su liberación llega tarde. Estos animales han tenido que pasar por un intenso verano y la congelación de las aguas en invierno, en piscinas muy pequeñas y en pésimas condiciones. Antes de ser liberadas después de un año en cautiverio, algunas belugas pasaron dos días en las bañeras que ves en esta imagen, diminutas para unos animales que nadan hasta 100 kilómetros diarios:

Nadar libremente permite a estos animales mantener su temperatura corporal frente a las frías aguas rusas y evitar las peores infecciones en verano. Además de estar hacinadas, las 15 crías estaban separadas de sus madres, aumentando su mortalidad.

A pesar de ser especies amenazadas, como las orcas, estos animales fueron capturados para venderlos ilegalmente a delfinarios en China, donde cada ejemplar puede valer hasta 6 o 7 millones de dólares en el mercado negro. Nuestros compañeros de Greenpeace Rusia ahora centran sus esfuerzos en que no volvamos a ver una nueva cárcel de ballenas el próximo verano, porque el Ministerio de Pesca planea capturar más ballenas para vender a parques temáticos.

La protección de estos fascinantes animales ha sido siempre una prioridad para Greenpeace, e historias como esta pueden tener un final feliz gracias al apoyo económico de personas como tú. ¡Únete! >>

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